VUELTA A LA RUTINA. UNA PESADILLA PARA UNOS, UN CAMINO DE ESPERANZA PARA QUIENES CONFIAMOS EN EL PROCESO.
La navidad, las vacaciones en general, son momentos en los que, por muy estrictos que queramos ser, hacen que la rutina se diluya.
Hay personas que se pasan el año esperando que esto ocurra, y está bien; puede que tu vida sea agotadora, que no estés donde quieras estar o que las circunstancias de la vida hagan que el resto del año no sea “la vida que habías planeado para ti”. Si es así, tenemos que hablar, pero no ahora.
Este post va dirigido a aquellas personas que disfrutan de su rutina. Esto no quiere decir que todos los días sean buenos, ni mucho menos, ni siquiera tiene que ver con que todo lo que hagas lo haces de buena gana… Pero todo lo que tienes que hacer lo haces porque sabes que te está llevando hacia donde quieres estar.
Pero como en todos los demás ámbitos de la vida, la perfección no existe y, hasta la rutina más asentada, debe enfrentarse a la misma vida.
Por eso es importante entender que los cambios también forman parte del proceso. Y saber amoldarse a ellos forma parte del propio crecimiento personal.
O esto es lo que me digo desde el día 7 de enero, cuando la navidad terminó y me vi perdida en el proceso que durante todo el 2024 había comenzado.
Después de semanas de entrenos cuando se podía, andar más que en otras épocas del año por sentir el movimiento, comidas no pautadas (muchas fuera de casa y a deshoras), miles de kilómetros en viajes y muchas horas menos de sueño, llegó enero con sus ganas de arrasar con todo y, como siempre me había pasado, me hundí. Me sentí abrumada y los pensamientos sobre que todo mi esfuerzo se había ido al garete, inundaron mi mente.
La diferencia es que esta vez había un trabajo hecho detrás. La diferencia es que esta vez no iba a dejar que mi cabeza lo arruinara todo.
Así que, si te encuentras en una situación similar, aquí te cuento como en menos de una semana, he recuperado el control, he frenado los pensamientos pesimistas y he mirado hacia delante con ilusión en vez de hacia atrás con remordimiento: CONFIANZA, ESTRATEGIA Y UN POCO DE PACIENCIA.
Fácil no es (sobre todo al principio) pero tampoco lo es sentirse todo el día mal.
Así que vamos a ello:
- CONFIANZA
Confianza primero en uno mismo; si ya has podido en el pasado, es que puedes. Pero no solo confianza en ti mismo, sino también en tu cuerpo. A menudo se nos olvida que nuestra mente y nuestro cuerpo, aunque forman un todo, son partes de un todo diferenciadas y autónomas; no puedes parar con tu mente el latido de tu corazón, al igual que no puedes hacer que tus células dejen de regenerarse y así un largo etc.
Cuando dudes de lo que eres capaz, piensa en que, aunque tu no te sientas capaz: TU CUERPO LO ES, quieras o no. Y es que eso de que el cuerpo es sabio y tiene memoria son dos verdades como templos. Tu cuerpo, biológicamente, tiene la finalidad de mantenerte vivo y sano, y hará todo lo posible con lo mucho o poco que le des para cumplir con su misión. Si a eso le sumamos que es super agradecido y cada pequeño gesto lo multiplica por mil… el éxito está asegurado.
- ESTRATEGIA
Una vez que tenemos claro que el cuerpo está a nuestro servicio y que lo más razonable es confiar en él y en sus procesos, vamos con la parte que nos toca a nosotros: ponte metas pequeñitas y asumibles y vete ampliándolas. No tardarás mucho en volver a sentir que puedes hacer todo lo que te propongas, como ya hemos dicho, el cuerpo es super agradecido… y tu mente si sabes cómo nutrirla también.
Se trata de encontrar “anclajes” para recuperar la confianza en ti mismo:
- Ponte METAS PEQUEÑAS y cumple cada una de ellas. Es muy importante.
- APUNTA en una hoja las cosas que debes hacer de aquí a 5 días y vete tachando cada una de ellas cuando las realices.
- Añade a tu lista, actividades que te gusten, horarios de comida y sueño y algún autocuidado por pequeño que sea.
- ORGANIZA tus comidas. Es posible que el resto del año, tengas tal control sobre tu alimentación que no lo necesites, pero si los primeros 3 días comes todas las comidas iguales en alimentos y horario, te encontrarás mucho mejor física y mentalmente porque sentirás que recuperas el control.
- ENTRENA. No con la misma intensidad que siempre, pero hazlo. Es mejor poco que nada. Date tiempo y ponte metas a medio plazo (un mes) de a donde quieres llegar… proyecta tus entrenamientos.
- DISFRUTA DEL PROCESO: vale, no estás como antes de las vacaciones, pero tu cuerpo y tu mente también necesitan descansar y ahora que ya lo han hecho, es el momento de sacar lo mejor de ti… de volver mejor de lo que estabas antes de este descanso. No olvides que a veces es necesario parar para coger impulso y volver siendo mucho mejor.
- TRÁTATE CON CARIÑO, eres lo más importante que tienes. ¿Qué le dirías a tu madre, a tu hermana o a tu mejor amigo si te contara lo que te dices cada mañana a ti misma? Ahí tienes la respuesta.
- Por último, la PACIENCIA también se entrena y forma parte de la manera que tienes de tratarte. ¿Cuántos años tardaste en acabar la carrera? ¿En comprarte eso que querías? ¿En conocerte? Vivimos en un mundo que lo quiere todo ya, y nos olvidamos muchas veces de que el proceso es parte del tiempo que tenemos, y de hecho puede que sea la parte más importante. ¿Qué son unos días, incluso un mes (que ya te digo yo que no) en toda una vida?
Este es nuestro año, de aquí en adelante empieza tu vida. DISFRUTA Y A POR TODAS.
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Comentarios
Muchas gracias, no sabes cuánto me han ayudado tus palabras !!